miércoles, 15 de julio de 2009

5

He utilizado la herramienta de la cura durante unos días. Curarme de ti y de mis pobres pataleos ha sido una tarea compleja que he afrontado con valor y meticulosidad. La mayor parte del tiempo en soledad, ayudado por grandes cantidades de bollos y dos noches de grandes ingestas de alcohol.

He dosificado tu presencia sabiamente, dejando que el dolor fluyera con naturalidad, pero deteniendo las hemorragias justo a tiempo. También ha ayudado comprarme las manoplas azules. Las uso todo el tiempo que estoy en casa, de este modo impido físicamente la posibilidad de escribirte sms que hagan saltar los puntos de la herida fresca.

Pero esta noche te he visto. Esta noche todo se ha ido a la mierda. Sangro por dentro y casi te envidio por ser adicta a otra persona. Si yo lo fuera, sangraría menos. Pero como solo estás tú en mi presente, sangro exclusivamente por ti. No demasiado, una hemorragia cualquiera.

Ahora es tarde. Intento apagar la luz. De veras. Lo intento.

No hay comentarios: