martes, 14 de julio de 2009

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He visto a SC llegar un poco justo de tiempo al curro, con la mentira escrita en su cara y el corazón de alguien bajo el brazo.

La madrugada pasada SC ha estado haciéndose daño de verdad. Se ha pasado toda la noche despierto enganchado al ordenador. Buscando a una de sus ex por todos los rincones. Analizando cada referencia, cada página. Ni rastro. Incluso con el nombre completo no halló nada. Luego buscó el blog de uno de sus exnovios. Aquel al que abandonó cuando SC parecía la apuesta ganadora.

Las horas pasan y el pobre chico va llenando el cenicero. Le duele la cabeza y en dos horas tiene que ir a trabajar. Se hace de día y sigue buscando. Por fin encuentra un tesoro, un foro donde hace años ella escribía junto con su familia. Cuatrocientos comentarios por leer. Horas de sufrimiento desenmarañando la madeja del pasado absurdo. Dolor generalizado en todas sus articulaciones.

Dónde estás mi niña. Cuánto tiempo perdido. Podríamos tomar un café y hacer como si nunca nos hubiéramos hecho daño. Podríamos fingir que no tenemos miedo el uno del otro. Fingir que no te he estado buscando toda la noche después de cinco años.

Luego he apagado el ordenador para ir al curro.

Al mirarse en el espejo SC no se ha fijado en sus ojos. Los tenía en blanco y juraría que no es la primera vez.

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