martes, 28 de julio de 2009

12

Querido papá, te odio.

Hoy creo que os odio a todos. Hace años dije ya basta, y me fui. Como familia supusisteis una grave enfermedad durante años.

Yo solo quería ser libre. Tener la oportunidad de vivir mi vida y no la vuestra. No he llegado a mucho, lo sabes. También he tenido que renunciar a infinidad de cosas para poder conseguir otras.

Y si enfermo seguramente nadie me cuide. Y muchas veces llego a casa del curro con una sensación en el estómago. Sabes de lo que hablo. Esa amargura injustificada y dolorosa que aumenta cuando nadie te llama. Y te lo tienes que comer tú solito. Intentar dormir. Intentar dormir. Y ya no puedes.

He conseguido, eso sí ,que nadie dependa de mí. Incluso a veces, me río bastante y me divierto y algunas mujeres me han querido. Aunque nunca hayan estado demasiado tiempo cerca. Y eso duele.

Soy perfecto para amar de lejos y al final te quedas solo y decepcionado.
Han pasado muchas cosas en estos años. Tú lo has pasado mal y yo también. Sé que en el fondo nos alegramos de que yo no haya sido el hijo muerto. Cuando lo entiendas lo superaráss.

Papá, te ayudaré, lo sabes. No sé hacerlo de otro modo.

Sin embargo desde que me llamaste las cosas no han ido bien del todo. Cuando rompo un vaso y me acerco a recoger los cristales, un recuerdo gris me taladra por dentro. Cristales en el suelo y la sangre a borbotones. He visto cosas que no puedo borrar de mi mente.

Te ayudaré, claro, solo te pido que me dejéis en paz.

Que quiero seguir mi camino aunque no conduzca a ningún sitio.

Besos, Tu Hijo, que te quiere.

No hay comentarios: