domingo, 12 de julio de 2009

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Un día sin super, un día sin mi. Se supone que ahora tengo que escribir aquí, donde nadie me lee, todo aquello que no puedo contar allá, donde las personas que escriben como anónimos intervienen en mi vida. A mí no me gusta escribir. Me gusta vivir, y solo a veces.

He visto a SC tomando vino blanco con P. He visto a SC hablando con ella y contando cosas y escuchando cosas. Parecía feliz. SC sabe que todo eso tiene consecuencias pero creo que ha aprendido a desaprender. Luego lo he visto dejarla en el portal y llamarla y colgar posteriormente. Un poco borracho en la calle. Escribiendo mal su propio guión. Escribiéndolo al fin y al cabo.

Odiar a la gente. Algo que me quita el sueño. En el fondo puede que ame a todas las personas, aunque me parezcáis todas gilipollas. Luego viene el momento en el que lo digo con delicadeza y escribo para aparentar. Igual que cuando entras en una cafetería chula y abres un libro que perfectamente te podías leer en tu puta casa. Lo haces para que te vean leyendo y pensando. Realizando una acción intelectual que delata que tienes un mundo interior y así, si alguien te pide fuego se supone que puedes contestar con algo más de ingenio que aquel que no estaba leyendo ese libro.

He visto a SC hablando con ella por teléfono desde su casa, después de dejarla en su portal. Ha dicho que le gustaría pasar la noche con ella y luego he dejado de escuchar. Me pongo nervioso cuando me escucho.

He visto a SC trabajando triste. He visto a SC con cara de pocos amigos y pocos amores cuando me ha preguntado si quería la tostada con mantequilla o con tomate. Es tan triste verlo preguntando esas cosas. Es tan triste que su vida dependa de su habilidad para recordar si mi Brugal lo quiero con lima o con media naranja exprimida. Es tan triste que SC en su noche libre del sábado no tenga nada más que hacer que esperar la llamada. La LLAMADA. La LLAMADA.

Pienso en el pobre SC y me pongo triste.
Que se joda, pienso, y luego me pongo triste.

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