viernes, 14 de agosto de 2009

19

Supongamos que la gente no me aburre y soy yo el que los aburre. Es un ejemplo, claro.

Anda ya, los cojones.

No soy capaz de imaginar algo tan ridículo viendo a todos los gilipollas con los que me encuentro a diario.

Fin del ejemplo.

2 comentarios:

Bubu dijo...

gilipollas?uff te quedaste corto

delgaducho dijo...

Cuan cierto...