jueves, 4 de marzo de 2010

23

Tres mañanas en las que te despiertas un poco muerto. En las que te despiertas por pura inercia igual que podrías no hacerlo. En las que podrías saltar por la ventana, o cerrarla para que no entre el frío que te tragas habitualmente.

Puedes llorarlo todo delante de un película que es mentira. Puedes mirarte al espejo y concluir, como de costumbre, que esas ojeras no te quedan tan mal.

La casa continúa con la última colada por hacer. En el word sigue parpadeando aquello que hace tiempo te divertía. Planes de futuro alternados con colillas recuperadas una a una del cenicero.

Una canción para partir el día por la mitad. Para separar aquello que nunca decimos de aquello que no deberíamos haber dicho. Pocas excusas nos quedan para llamar cuando lo necesitamos. Las hemos agotado hace tiempo.

Luego ya no tienes cuerpo ni para fregar los platos de la cena del otro día. La opción de repetición esta seleccionada. La canción de los cojones comienza a y diez y termina a diez la canción de los cojones. Únicamente los platos sucios, acumulándose por si solos en el fregadero, marcan las horas pasar. Todo lo demás está congelado.

Vivir una farsa me agota. Hacerme el vivo ya me aburre cuando por las mañanas me despierto un poco muerto.

Si todo volviese a empezar, estaría de nuevo en esta situación, o lo habría intentado con más fuerza?

5 comentarios:

PeorQueNegro dijo...

Hala, hala... a lo poesía!!!

Anónimo dijo...

Muy buena pregunta,bss
Rosario

Lola dijo...

Los días son a veces tan tristes que sencillamente no
merecen la pena. No merece la pena correr, ni esperar, ni vigilar. Días tan
tristes que no merecen ni un esfuerzo, ni el más pequeño movimiento. Los días
así hay que dejarlos correr, como los trenes nocturnos.

Ray Loriga "Tokio ya no nos quiere"

terpsicore dijo...

me gusta llorar delante de una película que es mentira, recuperar colillas del cenicero en ese momento ya no me gusta tanto, son experiencias que a veces yo necesito vivirla, ahí me pregunto por que no habré llamado, pero a veces es mejor no compartir el caos de los problemas.

MOntoya dijo...

Estarías en la misma situación.